“No apunto con mi mano; el que apunta con la mano se ha olvidado del rostro de su padre.
Apunto con mi ojo.
No disparo con mi mano; el que dispara con la mano se ha olvidado del rostro de su padre.
Yo disparo con mi mente.
No mato con mi arma; el que mata con su fusil se ha olvidado del rostro de su padre.
Yo mato con mi corazón.»
Stephen King,
El pistolero