Una frase de Mil mañanas

“Hoy estoy volando bajo y no digo una palabra. Dejo que todos los vudúes de la ambición duerman. El mundo sigue como debe, las abejas en el jardín retumban un poco, los peces saltan, los mosquitos son devorados. Etcétera. Pero me tomo el día libre. Silencioso como una pluma. Apenas me muevo, aunque en realidad estoy viajando una distancia tremenda. Quietud. Una de las puertas del templo «.

María Oliver,

Mil mañanas