Una frase de Las Confesiones de San Agustín

“Pero, ¿qué amo cuando amo a mi Dios? No la dulce melodía de la armonía y el canto; no la fragancia de flores, perfumes y especias; ni maná ni miel; no extremidades como las que el cuerpo se deleita en abrazar. No son estos los que amo cuando amo a mi Dios. Y sin embargo, cuando lo amo, es cierto que amo una luz de cierto tipo, una voz, un perfume, una comida, un abrazo; pero son del tipo que amo en mi interior, cuando mi alma está bañada por una luz que no está limitada por el espacio; cuando escucha un sonido que nunca se apaga; cuando respira una fragancia que no se lleva con el viento; cuando prueba alimentos que nunca se consumen al comerlos; cuando se aferra a un abrazo del que no se separa por la satisfacción del deseo. Esto es lo que amo cuando amo a mi Dios ”.

Agustín,

Las Confesiones de San Agustín